Reposted from Foro Puros
Por Juan Benitez.
Es un hecho que España, como puerta de entrada de los productos de América, ha sido un referente en el consumo de cigarros puros. Lo que sí es curioso es que más de 500 años después de la llegada de la hoja de la discordia, disminuye el consumo de cigarrillos por la prohibición de fumar en lugares públicos y crecen las ventas de puros considerablemente por la 'gourmetofilia' en torno a este artículo de lujo.
Fumar está dejando de ser un vicio para convertirse en un esporádico placer
Como ya sucediera en el sector del vino, el esquema del consumidor está cambiando, en beneficio de la calidad. Ya no se estila fumar por fumar, fomentar un círculo vicioso de humo, nicotina y alquitrán, sólo como conducta social adquirida en la más tierna juventud en muchos casos.
En vez de ello, las marcas de tabaco han sabido vender su producto con la exclusividad necesaria como para ser deseado por la élite, en muchos casos fomentando la reunión, la sobremesa y el debate. Todo ello se fomenta en el marco de un ritual muchas veces comunitario, de corte de perilla, tacto de la capa y degustación de complejos aromas de combustión con maridaje de los mejores brandies, whiskies y rones.
Y quienes aprenden repiten por el hecho cultural del buen fumar, y no por la perentoria adicción a la nicotina, de la que en muchos casos son dependientes. A la hora de degustar los placeres de la nicotiana tabacum (planta del tabaco), existen los cortapuros, ceniceros, humidificadores, tijeras y demás recursos para la liturgia del humo, que se convierten en objetos de coleccionistas –y en perfecto regalo navideño-.
Pero vamos más allá, el mundo del puro adquiere glamour incluso por sus seguidores, que no son pocos. En España hay ejemplos conocidos como Imanol Arias, que ejerció de padrino de Partagás en su 160 aniversario con la presentadora Sonia Ferrer, que ha llegado a comentar que se dice que “fumar cigarrillos es como tener sexo y fumar puros, en cambio, es como hacer el amor”.
En el ámbito internacional tenemos un auténtico ejército de amantes de los cigarros, sobre todo de EEUU, qué misteriosamente se arriesgan a fumar hasta puros cubanos infringiendo las normas de bloqueo. Y es que algo tendrán cuando incluso mujeres, como Demi Moore, Whoopi Goldberg o Linda Evangelista, se rinden a los encantos de la hoja “torcida”.
También actores como Jack Nicholson, Silvester Stallone o ‘Gobernator’ Arnold Schwarzenegger son amantes de los puros. Hablando de políticos, y dejando a un lado a Winston Churchill, cuyo apellido da nombre a una vitola de puros, está el caso de J.F. Kennedy. Según reza la historia, antes de firmar el decreto de embargo a Cuba en 1962, ordenó a su secretario Pierre Salinger que adquiriera todos los puros posibles de la marca H. Upmann en su vitola Petit Coronas. Su secretario logró comprar cerca de 1.200 puros e informó a Kennedy, que tras la maniobra rubricó el embargo que todavía sigue vigente.
Por Juan Benitez.
Es un hecho que España, como puerta de entrada de los productos de América, ha sido un referente en el consumo de cigarros puros. Lo que sí es curioso es que más de 500 años después de la llegada de la hoja de la discordia, disminuye el consumo de cigarrillos por la prohibición de fumar en lugares públicos y crecen las ventas de puros considerablemente por la 'gourmetofilia' en torno a este artículo de lujo.
Fumar está dejando de ser un vicio para convertirse en un esporádico placer
Como ya sucediera en el sector del vino, el esquema del consumidor está cambiando, en beneficio de la calidad. Ya no se estila fumar por fumar, fomentar un círculo vicioso de humo, nicotina y alquitrán, sólo como conducta social adquirida en la más tierna juventud en muchos casos.
En vez de ello, las marcas de tabaco han sabido vender su producto con la exclusividad necesaria como para ser deseado por la élite, en muchos casos fomentando la reunión, la sobremesa y el debate. Todo ello se fomenta en el marco de un ritual muchas veces comunitario, de corte de perilla, tacto de la capa y degustación de complejos aromas de combustión con maridaje de los mejores brandies, whiskies y rones.
Y quienes aprenden repiten por el hecho cultural del buen fumar, y no por la perentoria adicción a la nicotina, de la que en muchos casos son dependientes. A la hora de degustar los placeres de la nicotiana tabacum (planta del tabaco), existen los cortapuros, ceniceros, humidificadores, tijeras y demás recursos para la liturgia del humo, que se convierten en objetos de coleccionistas –y en perfecto regalo navideño-.
Pero vamos más allá, el mundo del puro adquiere glamour incluso por sus seguidores, que no son pocos. En España hay ejemplos conocidos como Imanol Arias, que ejerció de padrino de Partagás en su 160 aniversario con la presentadora Sonia Ferrer, que ha llegado a comentar que se dice que “fumar cigarrillos es como tener sexo y fumar puros, en cambio, es como hacer el amor”.
En el ámbito internacional tenemos un auténtico ejército de amantes de los cigarros, sobre todo de EEUU, qué misteriosamente se arriesgan a fumar hasta puros cubanos infringiendo las normas de bloqueo. Y es que algo tendrán cuando incluso mujeres, como Demi Moore, Whoopi Goldberg o Linda Evangelista, se rinden a los encantos de la hoja “torcida”.
También actores como Jack Nicholson, Silvester Stallone o ‘Gobernator’ Arnold Schwarzenegger son amantes de los puros. Hablando de políticos, y dejando a un lado a Winston Churchill, cuyo apellido da nombre a una vitola de puros, está el caso de J.F. Kennedy. Según reza la historia, antes de firmar el decreto de embargo a Cuba en 1962, ordenó a su secretario Pierre Salinger que adquiriera todos los puros posibles de la marca H. Upmann en su vitola Petit Coronas. Su secretario logró comprar cerca de 1.200 puros e informó a Kennedy, que tras la maniobra rubricó el embargo que todavía sigue vigente.
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